miércoles, 14 de septiembre de 2011

LA SONRISA EN SUS DEDOS


Los dedos recordaban cada centímetro de su piel
Las yemas de sus dedos recordaban cada centímetro de su piel. Había memorizado su cuerpo con la precisión de un experto cartógrafo.

Con los ojos cerrados, movía las manos en el aire, reproduciendo cada uno de sus pliegues. Su boca, sus pechos, sus muslos. Los pensaba y hasta sus partes más recónditas experimentaban un estremecimiento delicioso.
Un tímido rayo de sol comenzaba a calentar sus párpados, pero se negaba a abandonar ese dulce letargo. Quería recorrer de nuevo su cuerpo. Hasta el infinito.
Evocó aquella primera vez y esbozó una leve sonrisa en sus dedos.
Aún había espacio para el deseo.

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