miércoles, 18 de septiembre de 2019

IRRESPONSABLES, INCAPACES Y MENTIROSOS

De izquierda a derecha, Pablo Casado, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez


Llevamos meses inmersos en una crisis política e institucional que nos termina abocando a elecciones, las terceras en menos de un año. Los políticos que hemos elegidos han demostrado no ser capaces de comprender cual ha sido el mandato de las urnas y mucho menos ponerse de acuerdo para gobernar el país.

Estamos ante una camada política incompetente para la gestión. Y digo camada porque de clase estos políticos tienen poco y se comportan más bien como seres primarios, ocupados únicamente en perpetuar su posición predominante en la tribu.

La convocatoria electoral del 10 de noviembre no es sino el símbolo de un fracaso. El de los políticos, que han demostrado claramente su irresponsabilidad frente al mandato de los electores, y también el nuestro -por qué no decirlo-, por comulgar con ruedas de molino y no exigir de una vez por todas que cumplan con la misión asignada o que indemnicen por los daños.

Si tuviesen que retribuirnos por los perjuicios causados durante estos meses, por el daño emergente, no perderían ni un minuto en remangarse y comenzar a trabajar, que es lo que han dejado de hacer. Y no me digan que han estado trabajando, convocando reuniones, y asistiendo a comisiones porque si lo han hecho ha sido buscando su propio beneficio.

La izquierda se divide y arroja basura para responsabilizar al otro de la mierda que les rodea. Mientras, la derecha se agrupa y escupe exabruptos para descalificar a propios y extraños. Y el centro, ni ha aparecido ni se le espera.

Entre ametrallar insultos, aventar improperios y arrojar ultrajes, nuestros dirigentes se han pasado meses sin producir más que gastos en sueldos que no se han ganado. Han dilapidado plazos y dejado  pasar el tiempo para ver si, entre provocación y ordinariez, nos olvidábamos de los pésimos resultados electorales que tuvieron en mayo, para tratar de resurgir en sus partidos lanzando insolencias hacia los otros, golpeándose el pecho cual macho alfa. Se han debatido durante meses entre el niño caprichoso que coge una perreta en el patio del colegio y el pandillero de barrio con pantalones cagones y gorra del revés bailando regetón.

Y entre tanto, juegan con el lenguaje inventando términos inexistentes, tergiversando conceptos a su conveniencia, haciendo gala de su arrogante ignorancia y de su desastrosa retórica. Es decir, mienten sin ningún rubor.

Y ahora nos esperan unas semanas de desfile de gallitos sacando pecho, de “y tú más”, de personajes en busca de un crédito que no se merecen, y vuelta la burra al trigo.

Nuestros políticos se manejan entre la irresponsabilidad y la impostura.



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