jueves, 31 de marzo de 2011

DIVERSIÓN EN EL TRABAJO

Hay que ver la cantidad de “Día Internacional de…” que pueblan el calendario. El de la Mujer, el de los Derechos Humanos, el del Medio Ambiente, el del Enfisema Pulmonar…, y ahora también el Día Internacional de la Diversión en el Trabajo.
Al parecer, los directivos de muchas empresas se están dando cuenta de que hacer el trabajo más ameno aumenta el rendimiento de los empleados. Curioso. Y se presenta como un descubrimiento de dimensiones mundiales.
Para celebrarlo se han propuesto organizar talleres de risoterapia, concursos de chistes, carreras y torneos “para promover –dicen- el sentido del humor y la risa” entre los trabajadores.
Están de acuerdo los “expertos” en que el humor favorece la productividad y el clima laboral y que ayuda a rebajar los índices de estrés. A buenas horas.
En fin, más vale tarde que nunca. A ver si los ejecutivos y cargos directivos se dan cuenta de que gritar no les carga de razón y que la grosería nunca ha sido elegante. Igual se ponen de moda la educación y el respeto.
Además, hay quien pide sugerencias para celebrar el Día Internacional de la Diversión en el Trabajo. Yo tengo una: trabajando.

jueves, 24 de marzo de 2011

AL COMPÁS DE UN FADO

Portugal vive al compás de un fado. Tristeza y dolor, los mismos sentimientos que entonan los fadistas, impregnan ahora la vida portuguesa, tras el batacazo del presidente Sócrates en el Parlamento luso y el último varapalo a la economía.
El portugués, melancólico, taciturno, apesadumbrado, ve también languidecer todo lo que le rodea, como en las canciones que suenan en las casas de fado de Alfama, Mouraria, Bairro Alto y Mandragoa, en el corazón de Lisboa.
Las notas dolientes de la viola y la guitarra portuguesa se extienden por el alma de nuestros vecinos, con los que vivimos, como ellos se quejan, de espaldas, “de costas viradas”.
Al “Povo que lavas no rio”, que cantaba Amália Rodrigues, le queda el poso amargo de un pueblo sumido ahora en el desconsuelo y la aflicción de no saber hacia dónde va. La misma raíz del fado, como si formase parte del mismo destino.

“Todo esto existe, todo esto es triste, todo esto es fado”, que confesaba la más grande fadista.


martes, 22 de marzo de 2011

UNOS POLVOS... Y DESAPARECE

Un sujeto ha timado 1.120 euros a un tipo al que ofrecía duplicar dinero a base de polvos. Y se quedó tan ancho.
Parece una crónica de otro tiempo, de película de Tony Leblanc y Antonio Ozores pero ha ocurrido hace unos días; en Chamberí, para redondear la ambientación.
Cumplió con todas las formalidades que la jugarreta requiere. Primero la palabrería, una “demostración” in situ, y más tarde una representación de la multiplicación de los panes en versión euro. Lo típico para embaucar al incauto.
Como siguiendo el guión de Los Tramposos, al primo le hacían los ojos chiribitas y, mientras se frotaba las manos creyendo haber descubierto la gallina de los huevos de oro, quiso poner toda la carne en el asador.
Puso en un sobre los billetes que guardaba en la caja de su negocio, pero al embaucador se le acabaron los polvos y el reactivo que fingía aplicar y prometió volver con más.
Midas resultó un impostor y la víctima un tarugo con anhelos de sagacidad, convencido de tener sobrada habilidad para cazar al cazador. Propio del país del Lazarillo de Tormes, Guzmán de Alfarache o Rinconete y Cortadillo.
En Chamberí funcionó lo del chiste: “hecho unos polvos… y desaparezco”.

viernes, 18 de marzo de 2011

“YAMATO-DAMASHII”

Entre 80 y 300 japoneses llevan casi una semana sometidos a altísimas dosis de radiación en la central nuclear de Fukushima, en un intento desesperado de evitar un desastre aún mayor que el causado por el terremoto y el tsunami que hace ocho días estremecieron al mundo.
Dicen que su entrega es un ejemplo del “yamato-damashii”, del espíritu japonés que, en medio de una serie de desgracias difícilmente digeribles, ha permitido que esperen imperturbables durante horas para alimentar sus vehículos con unos cuantos litros de combustible. Ni un incidente.
Personajes anónimos, sin rostro, luchan ahora por impedir que la fuga radiactiva se extienda, conscientes de que su empeño no logrará esquivar su trágica suerte. Jubilados y de edad avanzada, sacrifican su incierto futuro por la certeza de un desenlace fatal.
Hoy batallan con un enemigo invisible, que no indetectable, que se infiltra silenciosamente hasta la descomposición.
 Mañana erigirán un monolito en su memoria.

martes, 15 de marzo de 2011

LA NECEDAD DE LOS INTOLERANTES

Un tupido velo. Eso es lo que se ha tratado de correr para intentar minimizar la firmeza con la que la periodista Ana Pastor ha entrevistado al presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad.
Incisiva y precisa, su intervención ha acabado con el pañuelo que la cubría la cabeza deslizándose hacia los hombros, y ese ha terminado siendo uno de los titulares. Increíble.
El pañuelo, de uso obligado para las mujeres en Irán, ha desbancado momentáneamente a la tiranía del dictador, que no ha dejado de hacer blanco sobre la periodista.
Dueño y señor de un país que gobierna implacable, se ha erigido en mayoral de la ganadería, y no ha dudado en arrear con el garrote, sin darse cuenta de que el objeto de sus ataques no pertenece a su  rebaño. Vamos, lo que siempre ha sido “matar al mensajero”.
Acostumbrados estamos a las arremetidas de los intransigentes, los ataques de los fanáticos y los exabruptos de los exaltados, y el dictador ha querido salir de la entrevista como gallo del gallinero; erguido, como si le fuesen a distinguir por un acto honorable.
Su arrogancia es propia de quienes no pueden defender sus prácticas con mayores ni mejores argumentos que alzar la voz y tratar de someter a su interlocutor. Sólo interpreta su guión, el que siguen los tiranos cuando se sienten amenazados por las palabras. Nada nuevo.
Lo sorprendente –aunque no tanto- es que se trate de cubrir el compendio de desatinos de un represor con la excusa de un trozo de tela, por muchas connotaciones religiosas que tenga el paño.
Otro intento de los intolerantes por enmascarar su necedad.

sábado, 12 de marzo de 2011

TIEMBLAN LAS ENTRAÑAS

Tiembla la tierra y las aguas se revuelven. La naturaleza se revela asolando lo que se interpone hasta la destrucción.
Primero un ligero zumbido, cosquilleo bajo los pies, y luego la brutal convulsión. Todo se mueve con violencia. Después, un mordisco en el estómago y el pánico. Incertidumbre, pavor, alarma.
Cuando los barcos navegan por autopista en Sendai el cuerpo se estremece. Algo falla.
Una carretera abierta como un melón, casas nadando en mares de escombros, agua en lugar de tierra; barro donde había agua. Desolación.
Las imágenes se suceden, una y otra vez, pero su crudeza no remite. Tiemblan las entrañas hasta el vómito.
Mañana será día de macabro recuento.

jueves, 10 de marzo de 2011

EL CUADRO DE LA THYSSEN

La baronesa Thyssen no tiene cuartos y quiere vender cuadros. Le sobran. Tiene un museo lleno y ha pensado: “cuarenta millones y me llevo uno”. Así le llegará para el pan.
Si John Constable levantara la cabeza y viese cómo se cotiza “La esclusa”, dejaría caer la compuerta del susto.
Las nubes que parecen moverse en el cuadro se ciernen sobre las finanzas de la Thyssen, que con la venta, dice, tendría para “sus cosas”. Vamos, como cualquier mortal.
Si el que ha sellado hoy la tarjeta del paro tuviese en su casa un Picasso, un Velázquez o un Constable, ni lo dudaba. La pela es la pela.

miércoles, 9 de marzo de 2011

ENRED-ANDO

Comunicación, interactividad, globalización, redes sociales. El mundo se ha hecho tan pequeño que cabe en la palma de la mano con la que hacemos “clic”.
Con cuatro toques de ratón viajamos a lugares donde nunca hemos estado, vemos imágenes creadas a miles de kilómetros y hablamos con gente a la que nunca hemos visto. Lo que hace bien poco parecía ciencia-ficción hoy es cotidiano.
Todo lo que se puede imaginar puede tocarse con los dedos. No hay más límites que los que nos imponemos.
Esta ventana es la llave de lo ahora impensable, y también torre de Babel. Habrá que separar el grano de la paja, desenredar la madeja para tejer la red a nuestro antojo. Enredar y enredarnos, mezclar, entrelazar, unir.
En eso estamos, enred-ando.
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