Viñeta de Mafalda, obra del dibujante Quino |
Mafalda cumple 50 años y está como el primer día. No puede decirse que el tiempo no pasa por ella, porque pasa, aunque no tiene ni una sola arruga.
Desde que Quino la parió de su lápiz, ha recorrido mucho
mundo y ha tenido que ver de todo, pero su mente es cada vez más lúcida y su
lengua cada día más afilada; cargada siempre de sentido, de sentido común,
aunque sea el más enigmático y extraño de todos los sentidos.
Clara, directa, mordaz, conserva cierto aire de inocencia
y sigue sin dejar títere con cabeza. Irreverente, coqueta, justiciera, a
Mafalda todo se le permite porque desde su cuerpo de niña puede escupir al
mundo lo que muchos adultos no se atreven a decir.
Esta niña porteña ha conocido el mundo, o mejor dicho, el
mundo la ha conocido a ella porque sus preguntas, sus reflexiones y su sarcasmo
se han aplicado a cientos de situaciones diferentes a lo largo y ancho del
planeta.
Ahora apaga 50 velas pero Mafalda no tiene edad; ni pelos en la lengua. Todo un
carácter.
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