viernes, 1 de julio de 2011

INFIDELIDADES Y DECORACIÓN

Desde que he leído que ha llegado a España Ashley Madison estoy en un sin vivir.
La agencia de relaciones extramatrimoniales –así se presenta al público- se encarga de ayudar a hombres y mujeres que quieren tener una relación al margen de sus parejas a buscar y hacer creíbles las coartadas que necesiten para consumar sus aventuras sin que los respectivos sospechen lo más mínimo.
Como reclamo, colocaron un cartel en la Gran Vía madrileña –que tuvieron que retirar a las pocas horas- con imágenes de Carlos de Inglaterra, el rey Juan Carlos I y Bill Clinton que rezaba: “¿Qué tienen estas “realezas” en común?”. Y aconsejaba: “Deberían haber utilizado Ashley Madison”.
Como es obvio –y porque me pierde la curiosidad- he seguido el enlace de la noticia y observo que el lema de la agencia es “La vida es corta. Ten una aventura”. La frase la sugiere una boca de mujer, unos labios rojos  precedidos de un índice que invita al silencio -“chsss”. Y prometen “aventuras discretas”.
Sigo leyendo y veo que entre los servicios que presta incluye un “botón del pánico” que, al pulsarlo, hace que se esfume la página en cuestión y en su lugar aparezca una web de decoración.
Estos tíos lo tienen todo pensado. Seguro que detrás de esta agencia hay una mente femenina.
Si no hubiese que suscribirse y pagar 49 euros por un “paquete básico” completaba la inscripción sólo para comprobar la lista de servicios y lo que incluye el susodicho “paquete”.
No seré yo quien entre en cuestiones morales. Cada cual que haga de su capa un sayo. Lo que me inquieta es que yo sí quiero decorar un dormitorio.
Y ahora qué hago: ¿renuncio a buscar información en la red y me lanzo a la calle o pincho en www.decoración.com y disimulo?
¡Señor, cuantos problemas!

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