La sentencia de la Audiencia de Navarra contra los cinco de
“La Manada” me encoge las entrañas. Los jueces -dos hombres y una mujer- concluyen que no
hubo delito de violación a una joven durante los Sanfermines de 2016, sino uno
de abuso sexual, continuado, eso sí, y condena a los acusados a nueve años de
prisión. Ese es el dictamen de la justicia.
La lectura que hacemos las mujeres no necesita las más de 300
páginas del sumario; es mucho más sencilla: si eres mujer estás jodida.
Por no haber nacido varones se nos critica, que nos juzga,
se nos menosprecia, se nos infravalora, se nos pagan salarios más bajos, se nos
somete a la tiranía de la juventud y belleza eternas, se nos relega a puestos
inferiores y además, cuando a uno o a varios individuos se les antoja, se nos
viola. Y después de luchar denodadamente por recuperar la autoestima, por
conseguir salarios dignos, de revelarse contra estereotipos machistas, de
trabajar por conseguir el respeto y la igualdad; después de eso, aparece una
sentencia como la de “La Manada” y nos jode.
Nos jode porque nos dice que si nos divertimos, si
conversamos con hombres, incluso si intimamos con ellos, estamos abriendo la
puerta para que abusen de nosotras con total impunidad. Porque para que unos
jueces determinen que ha habido violación hemos tenido que ser “pudorosas”, no
vestir con ropa ceñida, ni faldas cortas, ni maquillaje, ni tacones, decir
muchas veces NO, con muchos testigos, pelear y gritar como si nos arrancasen la
vida. Y si hay suerte, y el agresor no nos mata, quizás entonces consideren que
tenemos un mínimo derecho a la justicia.
Tenemos que sentir dolor, mucho dolor,
y expresar públicamente nuestro terrible sufrimiento para que todo el mundo se
entere, y después encerrarnos para expiar nuestras culpas; que no se nos vuelva
a ver sonreír, que no se nos vuelva a ver, porque algo habremos hecho para
merecerlo.
Y la institución que debía protegernos, nos abandona. Nos
arrebata nuestra condición de víctimas y nos convierte en busconas. Y nos jode
de nuevo.
La Fiscalía de la Audiencia Provincial de Navarra pedía para
cada uno de los cinco acusados 22 años de prisión, por considerarles autores de
un delito de agresión sexual y han sido necesarios cinco meses de
deliberaciones para que unos sesudos jueces hayan decidido que se trató “simplemente”
de abusos. Y sin darse cuenta -o tal vez sí- han cometido un atentado contra las mujeres. Contra todas, porque nos exponen como mercancía en un burdel.
Millones de mujeres clamamos hoy contra esa sentencia y gritamos
hasta rompernos la garganta y los puños. No podemos permitir que también la
Justicia nos joda. No debemos consentir
que se nos considere un objeto al servicio de un pene ni que se nos
arrebaten nuestros derechos.
Hoy somos más feministas, tenemos más rabia, gritamos más
alto y luchamos con más dignidad. Nos van a tener donde no quieren. #LaManadaSomosNosotras