martes, 26 de julio de 2011

CONCIENCIAS ANESTESIADAS

Un niño somalí en un campo de refugiados. Foto Reuter/El País
El Banco Mundial ha destinado 500 millones de dólares a ayuda humanitaria urgente en el llamado Cuerno de África, donde 11 millones de personas se encuentran en una situación crítica por los efectos de la sequía que afecta a la zona.
Desde hace varios días las imágenes de la hambruna, de niños y adultos somalíes famélicos, dirigiéndose a campos de refugiados - rostros inexpresivos, un montón de huesos cubiertos de pieles oscuras y deshidratadas- se asoman a los informativos y ocupan primeras páginas en los diarios. Desolador.
Las ONG´s alertan del peligro que corren esos 11 millones de personas y asimilamos la cifra como si acostumbrásemos a cuantificar cantidades tan elevadas de gente muriéndose de hambre, un número más entre un montón de cifras asépticas. Ya pocas cosas nos conmueven.
Hambruna, guerras civiles, conflictos tribales, indiferencia, olvido. ¿Qué ha sido de los otros conflictos, de las otras imágenes que –curiosamente, proliferan en verano- intentan sacudirnos las conciencias?
Desafortunadamente, la sequía no sólo afecta al Cuerno de África, sino también a las redacciones de televisiones y periódicos. ¿O acaso la situación en Somalia – a la que ahora se pone el sello de urgencia- era mucho menos grave hace quince días, o a mediados de mayo? ¿Qué ha ocurrido con Haití, con los problemas entre hutus y tutsis, qué ha pasado con las niñas olvidadas en los orfanatos chinos, con las ablaciones de clítoris a niñas africanas, con las mujeres condenadas a ser lapidadas, con las víctimas de violencia sexual, con los niños-soldado, con las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez?
A fuerza de repetir y olvidar imágenes similares con periodicidad programada corremos el riesgo de estar anestesiándonos las conciencias.
Las primeras, las de quienes se cruzan de brazos a esperar que llegue el momento crítico para dar la voz de alarma.
¿O sólo hay crisis en vacaciones?

viernes, 1 de julio de 2011

INFIDELIDADES Y DECORACIÓN

Desde que he leído que ha llegado a España Ashley Madison estoy en un sin vivir.
La agencia de relaciones extramatrimoniales –así se presenta al público- se encarga de ayudar a hombres y mujeres que quieren tener una relación al margen de sus parejas a buscar y hacer creíbles las coartadas que necesiten para consumar sus aventuras sin que los respectivos sospechen lo más mínimo.
Como reclamo, colocaron un cartel en la Gran Vía madrileña –que tuvieron que retirar a las pocas horas- con imágenes de Carlos de Inglaterra, el rey Juan Carlos I y Bill Clinton que rezaba: “¿Qué tienen estas “realezas” en común?”. Y aconsejaba: “Deberían haber utilizado Ashley Madison”.
Como es obvio –y porque me pierde la curiosidad- he seguido el enlace de la noticia y observo que el lema de la agencia es “La vida es corta. Ten una aventura”. La frase la sugiere una boca de mujer, unos labios rojos  precedidos de un índice que invita al silencio -“chsss”. Y prometen “aventuras discretas”.
Sigo leyendo y veo que entre los servicios que presta incluye un “botón del pánico” que, al pulsarlo, hace que se esfume la página en cuestión y en su lugar aparezca una web de decoración.
Estos tíos lo tienen todo pensado. Seguro que detrás de esta agencia hay una mente femenina.
Si no hubiese que suscribirse y pagar 49 euros por un “paquete básico” completaba la inscripción sólo para comprobar la lista de servicios y lo que incluye el susodicho “paquete”.
No seré yo quien entre en cuestiones morales. Cada cual que haga de su capa un sayo. Lo que me inquieta es que yo sí quiero decorar un dormitorio.
Y ahora qué hago: ¿renuncio a buscar información en la red y me lanzo a la calle o pincho en www.decoración.com y disimulo?
¡Señor, cuantos problemas!
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