jueves, 10 de marzo de 2011

EL CUADRO DE LA THYSSEN

La baronesa Thyssen no tiene cuartos y quiere vender cuadros. Le sobran. Tiene un museo lleno y ha pensado: “cuarenta millones y me llevo uno”. Así le llegará para el pan.
Si John Constable levantara la cabeza y viese cómo se cotiza “La esclusa”, dejaría caer la compuerta del susto.
Las nubes que parecen moverse en el cuadro se ciernen sobre las finanzas de la Thyssen, que con la venta, dice, tendría para “sus cosas”. Vamos, como cualquier mortal.
Si el que ha sellado hoy la tarjeta del paro tuviese en su casa un Picasso, un Velázquez o un Constable, ni lo dudaba. La pela es la pela.

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